De todos es sabido que una partida de los presupuestos de España se  destina a ayudar económicamente a la Autoridad Nacional Palestina. Lo  asombroso del caso es que los propios funcionarios que la gestionan  desconocen a qué se destinan esas generosas donaciones: por ejemplo, a  pagar “sueldos” de casi dos mil dólares al mes a asesinos terroristas,  juzgados y encarcelados.
Esta situación es bien conocida para Israel e incluso para los  periodistas de la prensa española instalados cómodamente en el “frente  de guerra” de Tel-Aviv, aunque en vez de contarla prefieren hablar de  las penurias de los palestinos y cuánto sufren los recortes de  presupuestos de ayuda exterior de nuestro país, que han llevado a  drásticas reducciones, de 120 millones de euros anuales en 2009 a sólo  17 actualmente. Por comparación, para la ayuda a todas las catástrofes  naturales como la que acaba de asolar Filipinas, el presupuesto anual es  prácticamente el mismo.
Pero lo realmente indignante no son las cantidades, sino a qué se  destinan. La Autoridad Nacional Palestina ha promulgado una “ley del  prisionero” (incluso tienen un ministro dedicado exclusivamente a estas  labores) que reparte el botín entre los reclusos según la pena a la que  están condenados: a mayor condena, mayor retribución. Pero no piensen  que el dinero de nuestro avance científico o nuestras pensiones se  despilfarra: sólo tienen derecho a esta “prestación social” aquellos  detenidos por crímenes de sangre contra Israel: ni ladrones ni rateros  comunes. Es un privilegio exclusivo de los terroristas.
La ecuación es la siguiente: cuantas más víctimas produce un acto  terrorista, mayor la condena de los tribunales israelíes y,  consecuentemente, mayor el salario que les pagamos (perdonen que use la  primera persona del plural, pero es que sale de NUESTROS bolsillos).  Tarifas del rativ (que así se llama en árabe este subsidio a la  muerte): de uno a tres años, casi 400 dólares al mes; de tres a cinco  años, 560 mensuales (más que un salario medio por trabajar de verdad en  Cisjordania); si le caen de 10 a 15 primaveras, se puede mandar a la  familia de vacaciones al extranjero (¿a España?), ya que se cobran 1.690  dólares al mes; y si eres de la élite de los que cometieron los actos  más cruentos contra civiles, te tocan casi dos mil. A ello hay que sumar  una “beca” especial del presidente Abbás a los prisioneros que se afilian a su  partido y que por ello perciben además cada mes 238 dólares, más otros  71 si están casados y 12 más por cada hijo.
Al menos, la Autoridad Nacional Palestina podría tener el detalle de  mandarnos una foto y una cartita del terrorista al que estamos  apadrinando para poner en la mesita del salón, junto a la orden de  desahucio del banco.
Shabat shalom
Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad
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